Un episodio de gran preocupación institucional se registró en la tarde de este jueves, cuando un efectivo de la Policía de la provincia fue encontrado descompensado en el baño de la Terminal de Ómnibus, alrededor de las 15 horas.
Según informaron fuentes consultadas, el uniformado fue asistido de inmediato por personal del SAME, que tras estabilizarlo decidió su traslado a un centro de salud privado. Allí se confirmó que el agente se encontraba bajo los efectos de estupefacientes.
La situación generó especial alarma debido a que el policía había retornado a sus funciones ese mismo día, luego de permanecer un año en disponibilidad, medida que se había tomado tras una seria de problemas de salud.
Pese a este antecedente, trascendió que el efectivo se encontraba en disponibilidad y no en tratamiento contra una adicción, y aun así, en la jornada previa, desde la Jefarura se le habría comunicado que debía reincorporarse a su puesto a las 14 horas de este jueves.
Una fuente también señaló que la disponibilidad del efectivo había sido dispuesta por la Jefatura de Policía debido a un exceso de licencias médicas, sin que se contemplara en ese momento la necesidad de abordar su evidente problema de adicción. Incluso remarcó que, en el mes de junio, mientras cumplía tareas de consigna, un ciudadano lo habría visto consumiendo presuntamente cocaína, situación que no derivó en un tratamiento específico, sino que nuevamente en medidas equívocas desde la Jefatura.
La misma fuente, confirmó que, en la jornada de hoy, los estudios médicos confirmaron la presencia de cocaína en sangre, lo que refuerza las críticas hacia la falta de intervenciones adecuadas para atender su cuadro.
Otra fuente consultada por nuestro medio, confirmó que el efectivo policial en cuestión fue reincorporado a servicio, sin una evaluación de estudio previo a su condición de salud. No estaba en condiciones de volver confirmó nuestra fuente.
Hasta el momento, no se emitió ningún comunicado oficial por parte de la fuerza policial respecto a este episodio, que vuelve a poner en debate los mecanismos de control interno, los protocolos de reincorporación y la atención a las problemáticas de salud de los efectivos dentro de la institución, una deuda pendiente de todas las gestiones que van pasando por la cúpula policial.










