

En un nivel cercano a la superficie del terreno, fue hallado un fragmento de conana o mortero plano, normalmente utilizado para hacer harinas; y a 1,20 metros de profundidad también se halló una vasija de cerámica burda, de mediano tamaño, que por sus características y arte fue utilizada para la preparación de comidas en tiempos de los incas o de contacto hispano - indígena, es decir, de 700 a 450 años de antigüedad.
Tras el hallazgo, miembros de la organización social dio aviso a personal del Museo Arqueológico Provincial Samuel Lafone Quevedo de la ciudad de Andalgalá para realizar las intervenciones pertinentes y trasladar los bienes patrimoniales a la institución.