En el fútbol catamarqueño, donde cada logro deportivo debería celebrarse como un avance colectivo, parece haberse instalado una práctica que muchos califican como un nuevo “curro” de unos pocos. Lo que para algunos es “innovación digital”, para la mayoría de los periodistas deportivos de la provincia es un negocio armado a medida, con nombre y apellido: Roberto Chacón, presidente del Círculo de Periodistas Deportivos de Catamarca.
En las últimas semanas, el malestar crece entre los trabajadores de prensa deportiva por una decisión que restringe el acceso a la cobertura de los partidos del Torneo Regional Federal Amateur, en los que participan San Lorenzo, Independiente de la Capital y Atlético Policial. Las transmisiones oficiales serán exclusivas de la plataforma GM Live TV, “con producción de VivoDeportesCatamarca”, y los aficionados deberán pagar una entrada virtual para ver cada partido.
Hasta aquí, podría parecer una simple modernización del sistema. Pero el conflicto surge cuando se revela que VivoDeportesCatamarca pertenecería a Chacón, quien además mantiene una relación con Sylvia Jiménez, presidenta de la Liga Catamarqueña de Fútbol y recientemente designada en una comisión de la FIFA. Una pareja con demasiado poder en el ecosistema deportivo local, y ahora, aparentemente, con un negocio redondo entre manos.

“Esto atenta contra la libertad de prensa y contra el trabajo de quienes somos socios del círculo. Más allá de lo que él diga, es incompatible que el presidente del Círculo se beneficie de algo así”, expresó una fuente a San Fernando Digital.
Según datos aportados por allegados a los clubes, cada entrada virtual costaría $13.000, de los cuales el 60% iría a los clubes, el 30% a la producción de VivoDeportesCatamarca y el 10% a la plataforma GM Live TV. Traducido a números concretos, si un partido tiene entre 100 y 500 espectadores, las cifras se multiplican rápidamente. Con cuatro o cinco partidos al mes, los montos dejan de ser menores y el negocio se vuelve tan evidente como rentable.
“Y está modalidad se habría ofrecido a los equipos de la Liga Chacarera de Fútbol, Defensores de Esquiú y Villa Dolores que jugarán el certamen”, añadió otro colega indignado.
La preocupación no termina ahí. Se habla de que este mismo esquema podría extenderse al Vóley y al Boxeo, lo que ampliaría el monopolio mediático a casi todo el deporte catamarqueño.
Lo cierto es que detrás del discurso de la “innovación tecnológica” parece esconderse una estructura de beneficios cruzados, que margina a la prensa independiente y viola el espíritu de pluralidad informativa. Que el presidente del Círculo de Periodistas —institución que debería defender el acceso libre a la información deportiva— sea quien impulse o se beneficie de este sistema, desnuda una profunda contradicción ética.
“Y pasa que les mandamos en cana el currito que tenían con Tiketweb —expresó una fuente indignada—. La página se llevó 17 millones de pesos por la venta de entradas de la Liga Catamarqueña de Fútbol, mientras que los clubes, verdaderos protagonistas y necesitados de esos recursos, apenas recibieron unos 160 mil pesos cada uno. Un reparto tan desigual como sospechoso, que vuelve a poner bajo la lupa los manejos económicos dentro del fútbol local y la falta de transparencia.”
Mientras tanto, muchos colegas siguen esperando que alguien dé explicaciones claras. Porque si este negocio “redondo” se consolida, el deporte catamarqueño corre el riesgo de convertirse en una cancha cerrada para unos pocos, donde la pasión, la libertad de prensa y el derecho a informar quedan fuera del juego.










